A veces tejo con pluma

Cuando estaba en quinto básico escribí una "composición" titulada "A la madre"; un texto manuscrito, con lápiz grafito, en prosa, en un cuaderno de rayas. La profesora de aquella escuela rural me lo devolvió con una frase entre signos de exclamación, escrita con lápiz de pasta. Unos días después debí leer mi pequeña creación en el "acto cívico", frente a todo el plantel de estudiantes, profesores y algunos apoderados invitados. Apenas me salía la voz; mientras que una compañera, mucho más desenvuelta, leyó un "Poema al mar". Era el mes de Mayo del 74, y ambas éramos las ganadoras de un concurso literario. Esa misma sensación de pánico escénico me inunda cuando pienso en compartir algunos cuentos, crónicas y versos que he escrito sólo por escribir. Algunos ya han visto la luz en las redes sociales, y han logrado algunos "Like", unos cuantos comentarios favorables y hasta han sido compartidos; lo que me hace creer que a más de alguien le llegó particularmente una frase o parte del texto. Y así, venciendo la timidez infantil, hace algunos años comencé a enviar mis creaciones a concursos literarios de mayor envergadura que aquel que organizara esa motivada profesora de educación básica. Grande ha sido mi alegría al recibir la amable crítica de poetas y escritores que en su calidad de jurado han distinguido mi incipiente pluma; tan grande como la emoción cuando alguno de mis cuentos ha sido leído en encuentros familiares o de amigos y una escena, un verso, un paisaje, un personaje es capaz de producir un sentimiento o evocar una pasión entre los participantes.