Torbellino de cenizas y vientos

Quien llega a esta parte del libro es básicamente por dos razones: o está buscando algo que lo motive a leerlo, o ya lo leyó y posee una opinión ya formada del mismo. Si es lo primero, les señaló que este escrito les hará cruzar el umbral de la cordura, será paseado por impetuosas ansias de un cartero o por una comparsa de años por un hijo que no fue encontrado, ya con el Libro que nunca se escribió, se trazan a fuego las palabras MUJER (lo soy en el amplio sentido de la palabra, aunque el autor me designe Dama, que es más agradable al oído y al trato) además otro concepto que puede sonar como sinónimo de REVOLUCIÓN, ya que las mujeres movilizamos diariamente cambios que llegan a convertirse en magnánimos vientos, brisas y grandes torbellinos de permutación y también de evolución con erre, no sólo física sino también filosófica, intelectual y universalmente, esas palabras que dibujan poesía rozando el ojo imperfecto de quien lee.
Si es lo segundo, es decir ya analizó el texto, espero que éste sea un escrito a la reflexión de esos espíritus amistosos y juguetones que plantearon al imaginario Nauj como interlocutor constante del literato, con quien compartimos la admiración a las hormigas, el amor a la libertad y los viajes, sólo puedo hacer mías las palabras del autor, esta sería la única vez que promovería consumir, pero no consumir cualquier cosa sino este libro, rompiendo así la globalización mercantilista carente de sentimientos -dijo don Juan de la Luz-, por una cohesión no monetaria de emociones y pasión. Me queda la curiosidad de conocer al "hojas rojas" a los corceles, a la Morena Contrasol y su frecuente galanteo recíproco, sólo sé que una vez más soy pasajera de Vientobus hoy con Torbellinos de Cenizas y ráfagas de soplos invernales. Somos unos privilegiados y privilegiadas al marchar por estos escritos...
Sandra Rojas Cáceres