Historial personal de Huara y sus alrededores

Mi nombre es Alberto Rosamel Ariste Hidalgo. Nací en el Campamento San José; no recuerdo a qué oficina matriz correspondía. Lo único que sé es que era un humilde campamento y el pelo no le daba para oficina.
En nuestro familiar peregrinaje estuvimos en diversas salitreras, cuál de todas más modesta Camiña, la Aguada y otras igual de insignificantes. Hasta que arribamos a Santa Rosa de Huara. Y ahí recién comienza a escribirse la historia.
Huara fue el Macondo de mi infancia. Allí se inicia mi geografía novelesca.
Terminada la primaria me mandaron a Iquique. En este puerto estudié con los salesianos del Colegio Don Bosco, hasta que se aburrieron conmigo y me expulsaron... Terminé en el Instituto Comercial. Al final del ciclo me vine a Santiago. Estudié Pedagogía en Castellano en la Universidad Técnica del Estado y Orientación en la Universidad Católica. Fueron más de cincuenta años de docencia. No soy escritor de oficio ni pretendo serlo. Mi campo de acción fue siempre la pedagogía. Hasta que en el año 2003, cuando la profesión docente comenzaba a tornarse ingrata, decidí dar un paso al costado, recordando la dolorosa descripción de profesor que hace Nicanor Parra en su poema "Retrato". No más guerra. Pero como jubilar no significa morir, ineludiblemente hubo que seguir bailando. Me he propuesto escribir, bien o mal, pero escribir. No me dio por los nietos (como es lo acostumbrado); no estoy ni ahí con la jardinería; tampoco me dio por el T'ai Chi, y menos con aquellos grupos de la tercera edad haciendo aeróbica. Seniles y simpáticas actividades por las que siento respeto, pero que no me agradaría compartir. Siento la necesidad de contar lo que he vivido. Motivos para escribir tengo de sobra; lo que evidentemente me falta es oficio. Comencé muy tarde. Pero, no importa.